A por la comida... (?) ( Leia Mercer)

Hacia poco que habia llegado al mundo humano, proveniente desde el makai, mi apariencia no habia cambiado, seguia siendo el mismo chico de siempre, con apariencias "raras" al vestir, tenia ganas de ver aquella tienda que tanto me habia llamado la atencion, para quizas comprar alguna "mascota". Tenia tantas ganas de tener una mascota, ojala de buen cuerpo para pasarlo bien, pero en fin... Estaba muy oscuro y casi sin ningun alma caminando en las calles... Me gustaba ir de noche, iba comiendo un paquete de papas fritas, como siempre me gustaba la comida "chatarra", asi se le llamaba ya que no contenian ninguna vitamina ni nada, solo grasa, pero como yo era un demonio no me preocupaba por eso... - Tengo el presentimiento de que sera interesante tener una....- Mientras caminaba por la calle, me pare a pensar... ¿ que raza seria la correcta...? ahi fue cuando mi mente se ilumino y pense en aquellas criaturas tan lindas llamadas "nekos" o en español, "gatos", en este caso seria gata, por el mismo motivo que yo era "heterosexual".



-Mmmm aui debe ser..... "Black... Sweet shop ? - Dije -El nombre no esta mal para una tienda donde pueden estar demonios....- dije entrando a la tienda y mirando a todos lados, aver si habia alguien que me atendiera, era muy tarde para que hubiera alguien, pero en la puerta decia... "Abierto". Por lo que podia entrar, o eso suponia yo...

Mire a todos lados y casi gritando dije, sentandome en la silla de la recepcion.-Disculpa hay alguien ? - Puse ambas manos en mis bolsillos y cerre mis ojos esperando que alguien me atendiera, suspire un poc, ya que se demoraban un poco.... estaba apunto de gritar en mi segundo intento.

La noche, era raro que una personas llegara a esa hora, el día había sido aburrido, como siempre. Pensé que no vendría nadie, así que salí a tomar aire fresco en el jardín, al volver escuche la voz de un joven preguntando si había alguien, por lo que apure el paso para llegar mas rápido ¿Quien podría pensar que alguien vendría a esa hora de la noche? Me acercé a la mesa de la recepción, mire al joven y con mi voz calmada y relajada de siempre le pregunte.
>>Buenas Noches. Le dije al joven mientras veía sus ojos. Puse mis manos en los bolsillos, comenzé a fijarme en el, como si lo estuviera revisando, pasaron solo unos segundos de silencio y luego volví a hablarle.
>>En que puedo ayudarle, joven? Aunque era algo obvio para que era que se encontraba en ese lugar, seguro era por una mascota. Me acercé un poco mas a la mesa sacando un gran libro con todas las mascotas que había en ese momento. Lo mire a los ojos, con la mirada fría y cortante que tenia en todo momento.